La primera ley educativa en España fue la Ley de Instrucción Pública de 1857 conocida como Ley Moyano, de la época de Isabel II, durante el siglo XIX, intentaba solucionar el problema de España, y su grave población analfabeta, la cual se encontraba constantemente en situaciones de guerra, provocadas por las guerras carlistas con el reinado de Isabel II.
Con la Ley Moyano, pues, se implantan definitivamente los grandes principios del moderantismo histórico:
- gratuidad relativa para enseñanza primaria
- centralización
- uniformidad
- secularización
- libertad de enseñanza limitada.
Así, en la instrucción primaria bastará con tener veinte años cumplidos y poseer el título de Maestro; en cambio, para la enseñanza secundaria se incrementan los requisitos, debiendo destacarse la necesidad de que el profesorado ostente la titulación correspondiente, se realice un depósito de fianza y se proclame el sometimiento del reglamento interno del establecimiento a las disposiciones dictadas por el Gobierno.
En mi caso, como futura docente de Educación Primaria, voy a centrarme en concreto en los maestros de primaria de la época. Como hemos dicho pues, bastaba con poseer el título de maestro y tener veinte años para poder ser MAESTRO/A.
La Primera Enseñanza era impartida en las escuelas y de manera gratuita. Esto por tanto permitía que los niños pertenecientes a familias de clases medias acudiesen a la escuela. Los de clases bajas también, pero como ya se sabe, los problemas económicas de éstas familias hacían que los niños resultasen mucho más útiles como mano de obra que como estudiantes. Esto nos hace pensar pues, que la mayoría de niños que acudían a estas escuelas de Primaria gratuitas eran niños de clase media. ¿Y las clases altas?, os preguntaréis. Seguro que todos habéis oído hablar de las famosas: INSTITUTRICES. Éstas eran maestra privadas que las familias adineradas contrataban para instruir a sus hijos en sus propios hogares. Más adelante hablaremos de ellas.
Lo que no podemos eludir era el carácter sesgado en lo concerniente a la mujer, ya que esta ocupaba un papel pasivo donde no era común su culturización, por lo que se usaron medios exclusivos para la mujer, creando materias específicas para las mujeres dentro de la educación, con Magisterio como única titulación apta para las mujeres.
Lo que no podemos eludir era el carácter sesgado en lo concerniente a la mujer, ya que esta ocupaba un papel pasivo donde no era común su culturización, por lo que se usaron medios exclusivos para la mujer, creando materias específicas para las mujeres dentro de la educación, con Magisterio como única titulación apta para las mujeres.
el maestro del pueblo probablemente ni siquiera tenga el título como tal, sin embargo son los más sabios del pueblo los que se encargaban de esta ardua tarea. Si nos fijamos, carecen incluso de pizarra, y el anciano utiliza la pared de la pequeña caseta, que probablemente sea su casa, para explicar las matemáticas a sus niños.
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